viernes, 15 de abril de 2016

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

El  temor de todos es saber si las máquinas podrán llegar a superar al hombre en inteligencia y si en algún momento dado pueden decidir prescindir de él y acabar con la raza humana.  



La inteligencia artificial (IA), poco a poco, se ha convertido en algo tan familiar como los conceptos de robots, automático y automatizado. En este contexto, encontramos la IA al hablar de equipos que realizan operaciones, después de recibir nuestras instrucciones, ya sean transmitidas por medio de sensores, como es el caso de las puertas, cafeteras, microondas o por medio de ordenes más complejas las cuales les son enviadas a una silla de ruedas para personas con casi total inmovilidad, computadoras, vehículos y aviones entre otros.

La robótica y su estrato superior, la “Inteligencia Artificial”.

Robótica, proviene del término “robot” que fue utilizado en 1920, por el escritor de origen checo Karel Capek en su novela R.U.R. (Robots Universal Rossum), cuyo significado original era “trabajo forzado” y que al ser traducido al inglés se transformó en el término “esclavo”, queriendo con ello definir algo o alguien que seguirá nuestras instrucciones y órdenes sin cuestionarlas. La robótica y la genética comparten el deseo principal de trascender y de crear herramientas que fueran una extensión de nosotros; que tuvieran una semejanza y, que además, fueran un apoyo  de nuestras labores cotidianas.  Teniendo bastante influencia en las operaciones mecánicas, eléctricas y electrónicas, de una forma más amplia en su proceso de otorgarle capacidad de realizar esas actividades de manera independiente y la instalación de un software que le permitiera realizar más eficientemente los procesos, por otra parte, al incrementarse la sofisticación de los programas informáticos destinados a definir el comportamiento e independencia de los robots nos llevó a un campo hasta esa fecha desconocido: “la inteligencia artificial”.

La inteligencia artificial tiene por primer propósito ser un asistente. Automatizar tareas, facilitarlas, alcanzar soluciones de una forma rápida. En RazónArtificial, encontré una definición que se ajustaría bastante al concepto que tenemos de ellas, aunque existen más. Veamos:
La automatización de actividades que vinculamos con procesos de pensamiento humano, actividades como la toma de decisiones, resolución de problemas, aprendizaje… (Bellman, 1918).
El ITAM, en su biblioteca digital (1987), menciona que la inteligencia artificial ha estado dirigida por tres objetivos generales:
1. El análisis teórico de las posibles explicaciones del comportamiento inteligente
2. La explicación de habilidades mentales humanas
3. La construcción de artefactos (computadoras) inteligentes

 Entonces nos preguntamos ¿pueden las máquinas pensar?
Alan Turing, (1912-1954)  matemático británico, propuso un test llamado el  juego de la imitación (test de Turing) que se usa  para averiguar su una máquina puede ser tan inteligente como un ser humano.  Se fundamente en la hipótesis positiva, basada en que si una máquina tiene comportamientos inteligentes en todos sus aspectos, entonces debe ser inteligente.
El test está integrado por tres elementos: un juez en una habitación y una máquina y un ser humano en otras; el juez deberá descubrir, a través de una serie de preguntas, cuál es la máquina y cuál es el ser humano, pueden contestar con sinceridad o men­tir. La tesis de Turing es que si los dos  jugadores fueran lo suficientemente hábiles, el juez no podría distinguir cuál es cuál. En la actualidad, este test es aplicado para determinar la eficacia de máquinas que pretenden imitar las funcio­nes conversacionales de los humanos, como los chatbots, o para asegurar que, en  servicios en línea, el usuario es efectivamente un humano y no una máquina. No obstante, todavía ningún programa ha podi­do engañar a un juez en una experiencia de este tipo con método científico.
El Centro de Estudios del Comportamiento de Cambridge, en Massachusetts, Estados Unidos junto con  Hugh Loebner,  patrocinan el concurso Premio Loebner desde 1990,  que se basa en  una competencia  anual que otorga premios a un programa de ordenador que esté considerado por el jurado, como el más inteligente de los que se han diseñado. El formato de la competencia sigue el estándar establecido en el test Turing. Un juez, se enfrenta a dos pantallas de ordenador, una de ellas que se encuentra bajo el control de un ordenador, y la otra bajo el control de un humano. El juez hace planteamientos a las dos pantallas y recibe respuestas. Sobre la base de las respuestas, el juez debe decidir qué pantalla es la controlada por el ser humano y cuál es la controlada por el programa de ordenador.
La IA nos acompaña más hoy en día  en las diferentes etapas de nuestra vida y se ha convertido en un aliado en las labores cotidianas y  por ende, hay que seguir trabajando en ella responsablemente para lograr que ayuden a la evolución y a mejorar la vida del ser humano.

En nuestro vivir hay una gran cantidad de amenazas en las que está implicada la tecnología como pueden ser los ciberataques, bombas, armas de fuego, etc.,  y su control está regulado por diferentes vías como pueden ser leyes, políticas o la propia conciencia de cada persona. Esas medidas son las que deberían aplicarse a la IA.

Dios no juega a los dados con el universo” (Albert Einstein);  sólo debemos ser conscientes de lo que puede o no pasar, y movernos hacia donde creamos, sea la dirección adecuada.
Elegí el tema de inteligencia artificial ya que es de mi agrado y decidí que si iba a investigar algo, debía ser interesante para mi persona y como referencia de consulta para quien lo requiera  y partí del temor que existe en la actualidad al preguntarnos que si en algún momento de nuestras vidas  ¿vamos a ser desplazados por las máquinas?


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