domingo, 24 de abril de 2016

INTELIGENCIA ARTIFICIAL, ESCRITO AJUSTADO

Introducción

El  temor de todos es saber si las máquinas podrán llegar a superar al hombre en inteligencia y si en algún momento dado pueden decidir prescindir de él y acabar con la raza humana.  

Desarrollo

Definamos, la inteligencia artificial (IA) es aquella inteligencia mostrada en artefactos científicos construidos por el humano; y que, poco a poco, se ha convertido en algo tan familiar como los conceptos de robots, automático y automatizado. En este contexto, encontramos la IA al hablar de equipos que realizan operaciones, después de recibir nuestras instrucciones, ya sean estas transmitidas por medio de sensores, como es el caso de las puertas, cafeteras, microondas o por medio de ordenes más complejas las cuales les son enviadas a sillas de ruedas para personas con casi total inmovilidad, computadoras, vehículos y aviones entre otros.

La robótica y su estrato superior, la “Inteligencia Artificial”


Robótica, proviene del término “robot” que fue utilizado en 1920, por el escritor de origen checo Karel Capek en su novela R.U.R. (Robots Universal Rossum), cuyo significado original era “trabajo forzado” y que al ser traducido al inglés se transformó en el término “esclavo”, queriendo con ello definir algo o alguien que seguirá nuestras instrucciones y órdenes sin cuestionarlas. La robótica y la genética comparten el deseo principal de trascender y de crear herramientas que fueran una extensión de nosotros; que tuvieran una semejanza y, que además, fueran un apoyo  de nuestras labores cotidianas.  Teniendo bastante influencia en las operaciones mecánicas, eléctricas y electrónicas, de una forma más amplia en su proceso de otorgarle capacidad de realizar esas actividades de manera independiente y la instalación de un software que le permitiera realizar más eficientemente los procesos, por otra parte, al incrementarse la sofisticación de los programas informáticos destinados a definir el comportamiento e independencia de los robots nos llevó a un campo hasta esa fecha desconocido: “la inteligencia artificial”. 


Por lo tanto, la inteligencia artificial es aquella inteligencia mostrada en artefactos científicos construidos por el humano y  tiene como  primer propósito ser un asistente, automatizar tareas, facilitarlas, alcanzar soluciones de una forma rápida. Gracias a RazónArtificial.com, encontré una definición que se ajustaría bastante al concepto que tenemos de ellas, aunque existen más; veamos:
·        La automatización de actividades que vinculamos con procesos de pensamiento humano, actividades como la toma de decisiones, resolución de problemas, aprendizaje… (Bellman, 1918).
·        El ITAM, en su biblioteca digital (1987) menciona que la inteligencia artificial ha estado dirigida por tres objetivos generales:
1. El análisis teórico de las posibles explicaciones del comportamiento inteligente
2. La explicación de habilidades mentales humanas
3. La construcción de artefactos (computadoras) inteligentes
·        En el área informática, “la inteligencia artificial  es la facultad de razonamiento que ostenta un agente que no está vivo” (John McCarthy, 1956).

 Entonces nos preguntamos ¿las máquinas pueden pensar?


Alan Turing, (1912-1954)  matemático británico, propuso un test llamado el  juego de la imitación (test de Turing) que se usa  para averiguar si una máquina puede ser tan inteligente como un ser humano.  Se fundamenta en la hipótesis positiva, basada en que si una máquina tiene comportamientos inteligentes en todos sus aspectos, entonces debe ser inteligente.
El test está integrado por tres elementos: un juez en una habitación y una máquina y un ser humano en otras; el juez deberá descubrir, a través de una serie de preguntas, cuál es la máquina y cuál es el ser humano, pueden contestar con sinceridad o men­tir. El test de Turing es que si los dos  jugadores fueran lo suficientemente hábiles, el juez no podría distinguir cuál es cuál. En la actualidad, este test es aplicado para determinar la eficacia de máquinas que pretenden imitar las funcio­nes conversacionales de los humanos, como los chatbots, o para asegurar que, en  servicios en línea, el usuario es efectivamente un humano y no una máquina. No obstante, todavía ningún programa ha podi­do engañar a un juez en una experiencia de este tipo con método científico.
A continuación se mencionan las técnicas que se usas en la aplicación de la IA:
·        Sistemas basados en conocimientos
·        Visión computacional
·        Procesamiento de voz y lenguaje natural
·        Lógica difusa
·        Redes neuronales
·        Computación evolutiva
·        Sistemas multiagentes
·        Robótica
·        Aprendiz mecánico
·        Técnica heurística

Lo que significa que, las máquinas sólo tienen capacidades analíticas,  no son seres pensantes.

Conclusión

A razón de lo anterior tenemos que la inteligencia consiste en tener el conocimiento y además la destreza o habilidad para aplicarlos en la práctica (Aristóteles); por consiguiente, la IA  se ha convertido en un aliado en las labores cotidianas y  por ende, hay que seguir trabajando en ella responsablemente para lograr que ayuden y favorezcan a la evolución y  mejora en la vida del ser humano.


Reflexión
En nuestro entorno hay una gran cantidad de amenazas en las que está implicada la tecnología como pueden ser los ciberataques, bombas, armas de fuego, etc.,  y su control está regulado por diferentes vías como pueden ser leyes, políticas o la propia conciencia de cada persona. Esas medidas son las que deberían aplicarse a la inteligencia artificial.


No es para  que cunda el pánico,  “Dios no juega a los dados con el universo” (Albert Einstein);  sólo debemos ser conscientes de lo que puede o no pasar, y movernos hacia donde creamos, sea la dirección correcta.
Bibliografía

Gómez Herrera, Renato (1999), La inteligencia artificial, recuperado de la revista ¿cómoves? Revista de divulgación de la ciencia de la UNAM
Estrada, Gustavo (2015) El tiempo, ¿pueden las máquinas pensar?, recuperado de http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/pueden-las-maquinas-pensar-gustavo-estrada-columnista-el-tiempo/15177104












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